Si copias algo, citame!

10 enero 2010

Bon Odori 2010

Sinceramente, no tenía idea de dónde me estaba metiendo. Me imaginé una fiesta campestre con farolitos de colores, algo de comida y algún show del tipo escolar, con niños bailando danzas tradicionales... o quizás ni quise imaginar mucho, para dejarme sorprender.

Y la sorpresa no se hizo esperar. Ya al llegar al lugar (que queda a casi 20 Km de La Plata) el estacionamiento era grande como el de un Carrefour, aunque en el pasto, y señalizado cuidadosamente con cartelitos, delimitado con palos y vallas. Y te indicaban donde estacionar.

Al entrar me di cuenta de la magnitud de la fiesta: no solo había gente que llegaba en auto sino que los micros que llegan a Colonia Urquiza estaban llenísimos. Entramos al Bon Odori y mi primera impresión fue "WAW! Esto parece una Creamfields".

En el centro del campo, una gran torre con tambores (taiko) y parlantes donde sonaba una música japonesa muy repetitiva y rítmica. Bailando alrededor, mucha gente: algunos indudablemente de ascendencia japonesa, otros vestidos con kimonos, gente en vaqueros (o ropa "común"), algunos fans del animé y el manga, gente con pelo de colores (yo no era la única!). Otra gente, entre ellos mis amigos de la escuela de Wushu, ya optaban por comprar cerveza o gaseosa y algo para comer, y recorrer los distintos puestos para ver y comprar cosas.
Sofi (mi amiga) y Aldana (su hija) me preguntaban cosas todo el tiempo como si yo supiera algo. Y Nacho curioseaba por todos lados, con Mora a upa, que alternaba entre susto y asombro.
Y yo estaba un poco asustada también, ya que tanta multitud no me agradaba tanto... pero luego vi que mi primera impresión era la correcta: era una especie de mini Creamfields, lo cual implica que:
1) en ningun momento hubo gente molestando o peleándose
2) la gente estaba para bailar y ver el baile, y todos bailaban con todos, y nadie se reía de nadie, porque este baile comunitario, si bien tenía su coreografía, era fácil de seguir si uno se ponía atrás de alguna persona que supiera los pasos.

3) los que no bailaban, se dedicaban amigablemente a sentarse en los banquitos o en círculos en el pasto, compartiendo comida y bebida.
Ni bien llegamos, compramos Coca cola (siii!) y yakitori, unos brochettes de pollo que vinieron muy bien a las 7 de la tarde.
Luego recorrimos todos los puestos y yo me quedé fascinada en el de caligrafía. Pregunté a las personas que estaban allí y me explicaron que tienen tres formas de escritura: una que es muy tradicional, una moderna, y una simplificada con sílbolos que son fonemas. La moderna es también usada en China. Así que pude por fin escribir mi nombre!!
Vimos además de los puestos de comida (y salsas y condimentos y cerveza y sake) también kimonos y remeras y puestos con chucherías.

Y cuando se hicieron las 9 y media, nos compramos una sopa de fideos con vegetales (ramen) y dos platos de un combinado de ensalada, arroz blanco milanesita y puré con no sé qué, que condimenté con una salsa picante.
Luego disfrutamos de los fuegos artificiales y Aldana y yo fuimos a bailar. Mora estaba muerta de sueño, sin embargo se bajó como medio litro de jugo y comió algo de arroz. Y a la vuelta se durmió en el auto.

En resumen: la pasamos bárbaro a pesar del calor, y volvimos cansados y contentos a casa.

Para seguir leyendo:
http://www.uchina.com.ar/2009/01/bon-odori-en-la-plata/
http://www.eldia.com.ar/edis/20100110/laciudad12.htm

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