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01 septiembre 2014

ICPE 2014 - Córdoba la Docta

LUNES 18 de Agosto:
Cuando el avión despegó, mi sonrisa no podía ser más grande. Estaba, una vez más, rumbo a lo desconocido. Viajaba dentro del país, lo cual supone comodidades que no están cuando atravesamos una frontera: los enchufes son iguales, los cajeros automáticos son los mismos, no hay que hacer conversión mental de monedas para saber si algo está caro, la comunicación con la gente es mucho más fácil en la calle, etc... 

Sin embargo, estaba yendo a la International Conference of Physics Education, tenía que dar una charla en inglés e interactuar con un montón de gente de distintos países. A la mañana, conferencias plenarias y pósters; a la tarde, charlas cortas y workshops. 
El viaje duró apenas una hora, menos tiempo del previsto, y ya estábamos en Córdoba.
Al llegar al Hotel Carman (del ACA), ya las Conferencias plenarias del lunes habían empezado, así que subí a mi habitación y largué la valija, bajé y me inscribí, y fui hacia el salón grande. 
Las charlas eran en inglés, las preguntas eran en inglés, las respuestas eran en inglés. Las charlas de pasillo eran en inglés. Y pensé: "¡Quiero almorzar en castellano!". 
Al mediodía, en el restaurant del hotel, había toda una sección dispuesta en mesas circulares grandes, como para 10 comensales cada una, más o menos. Me senté en una mesa donde había un señor con nombre y apellido latinos; supuse que era mexicano. 
Pues no, era norteamericano, pero hijo de costarricenses, me enteré después. Toooooooooooooda la mesa era angloparlante: ingleses, norteamericanos, un alemán, un canadiense...  
A la tarde estuve en un Workshop (taller, digamos) que organizaron unos japoneses cuyo grupo se llamaba LADYCATS. La verdad, espectacular!!! Cómo con papel, vasitos de plástico, pajitas, cosas simples, podemos enseñar y demostrar física. Los experimentos estaban diseñados para despertar la curiosidad de los niños (cosa que funcionó perfectamente con Mora en casa) pero la explicación de los fenómenos puede darse tranquilamente en la universidad, que es lo que pienso hacer.
Después subí a la habitación y ordené tranquila la ropa y mis cosas; me conecté con Nacho y Mora vía skype y nos contamos nuestro día. Las noches siguientes, también.
Terminé el primer día del ICPE agotada, tanto por el madrugón como por el esfuerzo mental. Así y todo, tenía que repasar mi charla, que era al día siguiente. Abrí el powerpoint, modifiqué un par de diapos, pero resolví no practicar nada y que saliera como saliera. Solamente me imaginé, me visualicé hablando un inglés fantástico (jajajaja :D ), y preparé la ropa que me pondría.
Luego bajé a cenar y estuve charlando en inglés y castellano con dos mexicanos, un irlandés que había vivido en sudáfrica y ahora vivía en Nueva Zelanda y un brasilero.


MARTES:
Al día siguiente, me levanté con el tiempo justo como para desayunar e ir a las charlas de la mañana. Estuvieron interesantes, y los posters que empezaron a colgar también.
Sin embargo, hacía un calor inusual para agosto ¡y yo me había llevado toda ropa de invierno! Decidí perderme alguna charla e ir al centro a comprarme un par de remeras. Y de paso conocer algo de Córdoba. Me fui caminando, un poco porque era cerca y otro poco porque me sentía un poco entumecida con tanta charla sentada. Buscaba un par de remeras semi formales, una para dar mi charla y la otra de repuesto... Me compré la remera de la foto, de manga muy corta y como para usar con calzas, y otras tres remeras "guarras": una con tachitas, agujeros en la espalda que dice METAL, una son mangas de Harley Davidson y otra verde cortita de cuello ancho, como para usar arriba de otra cosa.


Volví y para el almuerzo decidí que bueno, ya que estaba en la Conferencia, me tenía que largar a hablar y dejarme de joder. En la mesa que me senté había un potpourri de gente, así que hablé e interactué lo más que pude. Hasta me animé a contar un chiste!!

Fui a un taller de para enseñar física con aplicaciones de celulares, que estaba super interesante, dado por Kyle Forinash y Raymond Wisman. 
Y después me fue muy bien en mi charla, que era sobre las dificultades que tienen los alumnos para entender cómo manejarse con óptica geométrica. El único detalle fue que un ruso me preguntó algo que realmente no entendí (su pronunciación del inglés arrusada y mi oído no del todo entrenado), y me lo tuvieron que explicar... Pero zafé bien con la respuesta.
Más tarde me enteré, por uno de los yankis (James) que estaba en el aeropuerto a la vuelta, que mucha gente había comentado "ahora vamos a la charla de la chica con el pelo de colores". Fue una sensación linda saber eso... igual me quedó la duda si iban a ver por mi pelo o por el tema que exponía :D
Terminaron las sesiones de la tarde y me encerré en el cuarto a conectarme en internet. Por suerte había muy buena wifi en la habitación; tanto que casi no prendí la tele.
Suenan dos golpecitos y eran los mexicanos que me invitaban a cenar a un restaurant libanés. Muchas ganas de ir con ellos no tenía, pero insistieron tanto que les dije que sí y allí fuimos. Total, no pensaba quedarme de nuevo a cenar en el hotel, que era bastante caro. El restaurant libanés estuvo... bien, pero no tanto como esperábamos.


MIERCOLES: 
El tercer día estaba realmente cansada, y en las charlas de la mañana estuve pero me costó un montón prestar atención. 

Pegué mi poster, que vergonzozamente era el único en castellano, y me quedé cerca, para poder contarles de qué se trataba a los que no hablaran español. 
Ahí empecé a hablar en portugués.
La segunda cosa linda que me dijeron esta semana fue que hablaba "sem sotaque", es decir sin acento, que parecía brasilera. Por supuesto que después de tantos años de haber vuelto de Brasil me olvidé un montón de palabras, pero poder hablar sin haber perdido los fonemas propios del portugués, me alegra muchísimo.
La tarde de ese día quedé en encontrarme con Martín "Case" Casatti en el Patio Olmos, en el centro. Fue una buena elección, más allá de que ninguno de los dos es habitué de los shoppings. En medio del kilombo de gente me pregunté "¿cómo hago para encontrarlo?"... Sí, en serio, siempre me olvido que tengo el pelo de colores y soy fácilmente identificable, a pesar de mi altura. Nos fuimos a tomar un helado y la verdad fue una charla de esas donde pasan las horas y no te das cuenta.


Charlamos sobre ciencia ficción, sobre los autores que nos gustan y sobre nuestras propias experiencias escribiendo. También sobre las universidades y las realidades que atraviesan, y sobre nuestras parejas. Él se casó con la que había sido su docente en una materia; yo me casé con Nacho, que fue mi alumno en una materia de quinto. 
Me encantó escucharlo hablar de las cosas que lo apasionan, de cómo se planta ante la vida y lo llamé "malito": porque es de esas personas que te lanzan su verdad por la cara, y si te cae mal, bancátelá (así, con dos acentos).
En medio de la charla pasaron el de Nueva Zelanda y luego los dos mexicanos. Uno de ellos me preguntó que si iba a la cena, a lo cual yo contesté que no, porque era muy cara (era una cena armada for export, que salía U$S 45 e incluía un asado al asador, tango y andá a saber qué cosas "argentinas" más).
-Ah, pero ya te pagamos el boleto! -me dice el que ya se estaba poniendo pesadito. A lo cual le dije que no, que lo más probable era que llegara más tarde. 
Martín supongo en sus adentros se reiría divertido, la verdad es que en ese momento decidí quedarme a cenar en el shopping. Mejor sola que mal acompañada (denso como cucharada de moco, el tipo).
La reseña de nuestro encuentro con Martín está en su blog, aquí. Su descripción me emocionó mucho y me halagó que me compare con un láser en su FB (cortito, colorido, coherente... no me acuerdo, me causó mucha gracia!).

Por supuesto, me quedé a cenar en el shopping. Me perdí unas cuantas veces pero así y todo logré orientarme y recorrerlo de punta a punta. Aproveché para comprar regalitos.

JUEVES:
Y llegó el jueves. A la mañana dio la charla Dean Zollman (de Kansas, USA), un grosso que se presenta muy humildemente como un formador de profesores rurales de física (y trabaja con Priscilla Laws y otros en didáctica de las ciencias). Y despues de eso, Isabel Martins, una brasilera dio una charla de la que saqué muchas fotos, sobre el contexto social en que se dan las clases y que toda clase es política. Charlé con ella un montón y me senté a la mesa con ella y los otros brasileros. La mina era una capa, frente a mí le pidieron que fuera referee de dos revistas diferentes. 
A la tarde, luego de las sesiones cortitas, me fui a la terminal a averiguar qué micro salía para el aeropuerto (otra vez no iba a pagar taxi), y si se podía comprar alfajores y colaciones ahí. 

Y ya que estaba a pocas cuadras, me fui a recorrer la parte histórica de Córdoba, los edificios de la época de los jesuitas. Esta vez había llevado a mi amigo el mapa! Así que fui recorriendo lo que pude; en el mismo barrio había mucho por ver. Aunque era de noche, la verdad impresionantes!! Lo que me dio pena fue que no pude apreciar bien las gárgolas de la Catedral.
  
VIERNES:
Y llegué al día final. Las dos últimas conferencias (Mats Selen y Tomothy Stelzer) fueron excelentes. Sobre laboratorios interactivos y un aparatito para medir distintas variables, también para hacer experimentos. Pero además, fueron charlas divertidas!

Terminó eso y Zulma Gangoso presentó al equipo que había estado trabajando en la organización, un momento muy emotivo.

Después de eso, comenzó la presentación del ICPE 2015. ¡Qué sorpresa descubrir que la próxima conferencia se hace en Beijing! Por Dios, me super emocioné, pensando lo lindo que sería ir allí con la excusa de un congreso de Física, y conocer un minúsculo pedacito de la cultura china, cuna del Wushu.
Ya estaban levantándose para irse, cuando pedí una foto grupal, y saltaron los 78 dueños de cámaras pidiendo una foto también: 

En fin, me di cuenta de que necesitaba esto: estar en un ambiente de excelencia pero a la vez muy cálido, donde todo el mundo trataba de hacerse entender y compartía ideas y experiencia.



En el aeropuerto, me encontré con un grupo de yankis que iban en mi mismo avión: Tim, Mats y James. Casi se mueren de envidia cuando les dije que esa noche estaba en casa cenando con mi familia; a ellos les esperaban como 20 horas de viaje, entre vuelos y conexiones. Me sorprendió la humildad y simpleza de todos ellos. James, comentando que había aprendido que él era norteamericano, que americanos éramos todos. Él viajaba sólo con un bolsito de mano y su póster. Tim (uno de los que había dado conferencia plenaria el viernes), ayudándome a llevar una bolsa que se me había roto, tanto para subir al avión como para bajar y buscar el equipaje. Yo qué sé, son detalles que te pintan una persona, su calidad humana.

Volví a casa renovada y a la Facu con ganas de hacer de todo. Espero que no se me pase!!!

Ah! Y mención especial a mi amigo Pedro, que me llevó y me fue a buscar al aeropuerto. GRACIAS!!